Dice el Vaca Flaca que
Venía rebasando
La comitiva de la
procuraduría
En un lamentable accidente, por
las prisas del director de la policía judicial y del procurador de justicia de
BCS por el descubrimiento de las narcofosas, provocaron que murieran 3
sudcalifornianos al intentar rebasar, el
vehículo manejado por Hugo Paul Galindo Camacho y por el de la escolta, a un
quinto y sexto vehículo que no aparecen en la escena del crimen.
Foto del
periódico digital Octavo día
Los dos vehículos oficiales, como se aprecia en la escena del crimen,
eran manejados a exceso de velocidad por los gargantudos de la procuraduría
procedentes de ciudad Constitución, donde fueron a repartir dulces y piñatas
pues del trabajo para el que fueron colocados como jefes no saben nada.
Una vez que el ‘limpiador’ y ‘único responsable de las narcofosas’ de
nombre Simón Guillermo Hernández Peña empezó a hablar que en la Colonia
Tabachines había más cuerpos enterrados (la noche anterior habían encontrado 3)
el Procurador le ordenó a su gente regresar a La Paz en chinga pues se
mencionaban los nombres de los implicados en los asesinatos y ello podría
desmantelar la banda de sicarios y puchas que reciben protección de la
procuraduría. Un homosexual entre ellos. El número de ejecutados llegó a 22
pero decidieron frenar las investigaciones para no alertar al gobernador que ya
se encontraba preocupado.
Desde aquí
empezó a rebasar el director de la judicial. Como se puede apreciar no hay
visibilidad en los próximos 100 metros.
Al arrastrar el tráiler a la
Caravan, 3 de los pasajeros murieron en el acto, entre ellos el chofer,
quedando una señora y un joven mal heridos.
El
procurador se bajó de inmediato ante la vista de los involucrados y curiosos
que empezaron a llegar, entre ellos un forista de Colectivo Perico que se
autonombra La Vaca Flaca y que escribió: VACA FLACA | junio 12, 2013 en 00:25 | Responder
YO VENIA EN LA CARRETERA Y VI
QUE EL PENDEJO DEL CHOFER DEL PROCURADOR (Hugo Paúl) VENIA CASI ARRIBA DEL
CARRO DONDE SE MATARON LAS PERSONAS Y CUANDO SE IMPACTARON POR POCO Y NOS TOCA
A NOSOTROS YO LOS VI CUANDO SE BAJARON TODOS LO DE LA CAMIONETA DONDE VENIA EL
PROCURADOR. NO SABIA QUE AHI VENIA EL PROCURADOR Y CORRIMOS PARA TRATAR DE
AYUDAR PERO NO LES PASO NADA TODOS ESTABAN DE PIE (:) EL PENDEJO DEL CHOFER
NADAMAS TRAIA REVENTADA LA BOCA POR DONDE SANGRABA Y LOS DEMAS RESULTARON CON
RASGUÑOS, QUE NADIE LE PONGA DE MAS; CUANDO LLEGARON LAS AMBULANCIAS NOS
QUITARON DE AHI Y AHORA LE VAN A QUERER ECHAR LA CULPA AL TRAILERO O AL POBRE
QUE MURIO Y TODO POR EL PENDEJO DEL CHOFER DEL PROCURADOR QUE QUERIA REBASAR Y
HAY MAS TESTIGOS QUE VIMOS LO QUE EN REALIDAD PASO.
De esta camioneta bajó como si
nada el procuradorcito repartidor de dulces y piñatas para después hacerse la
víctima alegando que se quebró una pata y que fue ‘necesario’ una intervención
quirúrgica. Consiguió incapacidad médica para esconder la cabeza ante la
brutalidad de los hechos. De la incapacidad intelectual mejor ni hablamos.
Los boletines de prensa empezaron a llenar las bandejas de los medios de
comunicación tratando de justificar el choque y magnificando una supuesta
lesión del procurador, pero que el accidente había sido en el kilometro 61.
Un segundo boletín dice que el accidente ocurrió en el kilometro 67+700,
detallando los vehículos involucrados, nombres de las personas que se
trasladaban a bordo, lesiones y nombres de las personas que perdieron la vida.
Al quite aparece un ‘perito’ inspector de la policía federal de caminos
que dice que el chofer del tráiler perdió el control del volante, arrastrando
27 metros a la camioneta donde fallecieron las personas y ¡¡Puta que cabrones!! que
el tráiler se impactó contra la camioneta del procurador y el picap de los
escoltas.
Al ver los dos carros oficiales
que venían rebasando, invadiendo su carril, el chofer del tráiler por instinto
jaló el volante hacia se lado izquierdo por donde venía la camioneta Caravan,
resultando con ello que la arrastrara y la ‘metiera’ (literalmente) en el
agujero que se observa en el talud izquierdo.
Estos funcionarios públicos ofenden, una vez, más la inteligencia de los
sudcalifornianos. La primera vez fue cuando encarcelaron a Daniel Sánchez Ávila
como presunto culpable por la muerte del joven abogado Jonathan Hernández
Ascencio, ocurrida ante la presencia de 30 testigos que dijeron, y aún
sostienen, fue el hijo del gobernador Narciso Agúndez quien lo asesinó.
Que le quede claro señor procurador: No engañe al pueblo, ni a su jefe,
que el día de mañana no podrá protegerlo como lo hizo usted con el segundo
detenido por el caso de las narcofosas. ¡¡Lo liberó pues es uno más de sus
patrocinadores!!
La tragedia se inició al rebasar Hugo Paul y su escolta a un par de
vehículos en el kilometro 68, como se observa en el señalamiento del lado
derecho.
Aquí fue donde terminó de rebasar el jefe de la judicial, ocasión que obligó
al trailero a jalar el timón, llevándose entre su defensa a los tripulantes de
la Caravan.
Al observar que el camión arrastraba a la camioneta gris, Hugo Paúl
siguió por el carril contrario, pero como venía otro carro detrás del tráiler,
en su loca carrera frenó la suburban en la puerta del copiloto del tráiler.
Vista aérea del lugar del accidente. Por el lado izquierdo, hacia su
derecha amable lector, manejaba Hugo Paúl, atrás de él su escolta. De lado
derecho, hacia su izquierda transitaba el tráiler con mejor visibilidad para su
chofer pero al ver de frente a dos poderosos vehículos color blanco, decidió
por instinto jalar el timón pues, ante los ojos del chofer, el vehículo gris se
perdió ‘momentáneamente’ en el color cenizo del talud izquierdo.
En esta oquedad quedo compactado la Caravan gris, donde perdieran la
vida 3 personas, pero para ‘salvar’ de cualquier imputación al chofer del
procurador (Hugo Paúl) y director de la judicial, el peritaje se realizó
magnificando una falla en el sinfín del tráiler.
Todo quedó en silencio. Los familiares de los muertos aún no han salido
del dolor. El chofer del tráiler ‘apechugó’ a fuerzas la responsabilidad y,
seguro estamos, la compañía propietaria de la unidad debió de pactar con la
autoridad a cambio de no responsabilizarlo de otras cuestiones.
Se recuerda que la compañía López
y Bustos, en 1982, no defendió a su chofer, mismo quien fuera ‘encontrado’
culpable de un homicidio que no pudo cometer pues andaba a 200 kilómetros de la
escena del crimen.